El ministro de Desarrollo Agrario de Buenos Aires, Javier Rodríguez, ha presentado la estrategia para crear la Ruta del Olivo, que busca «generar mayor desarrollo económico, integración entre actividades diversas y aumentar las fuentes de trabajo». A su juicio, «esto brindará mayor interés al cultivo del olivo, motivando viajes turísticos y más movimiento, mientras la provincia muestra su potencial productivo».
En concreto, a partir de ahora se espera el desarrollo de atractivos turísticos, lo que requerirá inversiones y nuevas infraestructuras, a lo que se suma la implementación de criterios para habilitar espacios destinados a los visitantes. Al respecto, el Consejo Regional para el Desarrollo del Sudoeste Bonaerense es el espacio estratégico para reunir esfuerzos, canalizar recursos y consolidar una visión de desarrollo sostenible en el territorio.
Entre sus metas, la Ruta del Olivo propiciará el desarrollo de eventos y festivales temáticos relacionados con el aceite de oliva, como catas, talleres y visitas guiadas, incentivando la interacción entre productores, turistas y la comunidad local. A su vez, se va a trazar un circuito de visita, es decir, un mapa turístico, aglutinando ofertas de experiencias, que incluirá un sistema de cupones y beneficios para los visitantes.
Además, se impulsará la capacitación y el desarrollo de instalaciones para mejorar la calidad de la producción y comercialización, sumando prácticas sostenibles y tecnológicas.
Potencial productivo
Las características del suelo y el clima en el sudoeste bonaerense permiten, según ha resaltado el Gobierno provincial, desarrollar productos del olivo con propiedades químicas y organolépticas distintivas. En los últimos años se generó un crecimiento sostenido en la superficie cultivada, que implicó diversificación productiva y el uso de tecnología especializada.
Así, hoy aquel territorio tiene casi 50 explotaciones olivícolas, que abarcan unas 2.500 hectáreas y albergan 350.000 plantas. La producción anual estimada supera el millón de litros de aceite de oliva, y parte de la producción es enviada a la región de Cuyo.
En cuanto a la actividad, en la zona se utilizan dos sistemas productivos diferentes. Por un lado, se encuentran los productores de menor escala, más artesanal, con marcos de plantación amplios, inspirado en el modelo tradicional europeo. Por otro lado, figuran el sistema superintensivo mecanizado, utilizado para maximizar la eficiencia, que requiere mayores inversiones iniciales, según el Gobierno de Buenos Aires.
Asimismo, ha resaltado que la migración de productores hacia la agricultura orgánica está en aumento como estrategia para acceder a mercados internacionales. En este contexto, se busca fomentar la integración de ambos modelos productivos, promoviendo un entorno de coexistencia.
*Mayda De Luca
Fuente: Mercacei