La hipertensión, una de las mayores preocupaciones de salud pública, puede encontrar un gran aliado en la dieta mediterránea y el aceite de oliva virgen extra (AOVE). Este tesoro culinario es rico en polifenoles, antioxidantes naturales que ayudan a reducir la presión arterial y mejorar la salud cardiovascular, según el reconocido estudio PREDIMED.
El AOVE, gracias a sus propiedades antiinflamatorias y antioxidantes, no solo combate el estrés oxidativo, sino que también regula la inflamación sistémica, factores clave en el control de la hipertensión. Además, contiene ácido oleico, una grasa monoinsaturada que contribuye a la reducción del colesterol LDL («malo») y favorece el incremento del colesterol HDL («bueno»).
El estudio PREDIMED —uno de los ensayos clínicos más importantes sobre nutrición en Europa— demostró que las dietas mediterráneas suplementadas con AOVE o frutos secos incrementan significativamente los niveles de polifenoles, reduciendo el riesgo de hipertensión hasta en un 36%. Este estudio también destacó una disminución en la incidencia de eventos cardiovasculares mayores, como infartos y accidentes cerebrovasculares.
Incluir AOVE en tu dieta diaria puede ser una estrategia deliciosa y efectiva para proteger tu salud. No hace falta realizar cambios drásticos:
- Usalo para aderezar ensaladas, en lugar de aderezos industriales.
- Añadilo al final de la cocción de tus platos para conservar mejor sus propiedades.
- Incorporalo en desayunos, sobre una tostada con tomate o palta.
- Utilizalo en lugar de manteca o margarina al momento de cocinar.
Además de su impacto en la presión arterial, el AOVE también puede mejorar la sensibilidad a la insulina, proteger el sistema nervioso y favorecer una microbiota intestinal saludable, todos factores que contribuyen al bienestar general y a una vida más larga y activa.
En resumen, adoptar hábitos inspirados en la dieta mediterránea y dar protagonismo al AOVE es mucho más que una elección culinaria: es una inversión en tu salud a largo plazo.