Uruguay se convirtió la pasada semana en el epicentro olivícola de Latinoamérica con la celebración en Montevideo del Segundo Congreso Latinoamericano de Aceite de Oliva (CLAO 2024) y la primera ceremonia de entrega de los Premios a la Calidad Mario Solinas en el Hemisferio Sur.
La olivicultura latinoamericana en su conjunto se enfrenta a cambios cada vez más rápidos y a desafíos globales crecientes, por lo que el Segundo Congreso Latinoamericano de Aceite de Oliva (CLAO 2024), que se desarrolló los días 8 y 9 de noviembre en Montevideo, tuvo como objetivo abordar temas relevantes tanto para la comunidad científica como para el sector productivo. El congreso fue organizado por el Departamento de Ciencia y Tecnología de Alimentos de Facultad de Química de la Universidad de la República (Uruguay) junto con la Universidade Federal de Ciências da Saúde de Porto Alegre (Brasil).
Al evento asistieron 170 participantes de Argentina, Brasil, Chile, Perú y Uruguay, entre ellos cabe destacar la asistencia de Juan Jose SORIA, Licenciado en Tecnología de Alimentos. Así, al congreso acudieron productores, técnicos, académicos, investigadores, estudiantes, sommeliers y público en general interesado en esta temática.
La inauguración del CLAO 2024 contó con la presencia de Jaime Lillo, director ejecutivo del Consejo Oleícola Internacional (COI); Eduardo Sanguinetti, ministro de Turismo del Uruguay; Álvaro Mombrú, decano de la Facultad de Química de la Universidad de la República; y Gonzalo Aguirre, presidente de la Asociación Olivícola de Uruguay (ASOLUR).

Gonzalo Aguirre, presidente de ASOLUR; Eduardo Sanguinetti, ministro de Turismo de Uruguay; y Juan A. Peñamil, CEO de Mercacei.
También se presentaron 38 trabajos científicos en formato de póster, permitiendo que los investigadores compartieran y debatieran con los asistentes al congreso, los resultados de sus propios trabajos de investigación.
La presidenta del Comité Científico del CLAO 2024, Adriana Gámbaro, destacó que este simposio fue de especial importancia para el sector productivo, ya que pudieron acceder a información específica sobre la investigación agraria y tecnológica que se lleva a cabo en la región y entrar en contacto directo con investigadores de diversos centros académicos, conociendo experiencias regionales en diversas materias para transferirlas a sus propios proyectos. Asimismo, los investigadores del aceite de oliva pudieron interactuar entre sí, generando proyectos regionales y tesis de posgrado.
Premios a la Calidad Mario Solinas en el Hemisferio Sur
Por otro lado, el auditorio del Laboratorio Tecnológico de Uruguay (LATU) en Montevideo acogió el 7 de noviembre la ceremonia de los Premios a la Calidad Mario Solinas, donde se entregaron los premios a los AOVEs ganadores y finalistas de la primera edición del Hemisferio Sur. El CEO de Grupo Editorial Mercacei, Juan A. Peñamil, que durante esa semana realizó una visita a diferentes proyectos olivícolas de Uruguay y también asistió al CLAO 2024, participó en este evento otorgando los reconocimientos a los finalistas.
En total, participaron en el concurso un total de 26 aceites de oliva vírgenes extra de cuatro países: Argentina, Australia, Brasil y Uruguay. Entre los aceites ganadores, los uruguayos Colinas de Garzón y Pique Roto obtuvieron el primer premio en las categorías verde robusto y maduro, respectivamente; mientras que el argentino Isanbaz IVC (Obra Don Bosco) ganó la categoría verde medio, y el brasileño Estância das Oliveiras se llevó el reconocimiento en la categoría verde delicado.

La ceremonia fue inaugurada por el director ejecutivo del COI, Jaime Lillo; la jefa de la Unidad de Normalización e Investigación de este organismo, Mercedes Fernández; el presidente de ASOLUR, Gonzalo Aguirre; y el director del LATU, Ruperto Long. El COI destacó la importancia de promover la producción de aceites de oliva vírgenes extra de alta calidad y subrayó su compromiso con el fomento de un sector oleícola sostenible a nivel mundial. Por ello, este organismo lanzó los Premios de Calidad Mario Solinas en el Hemisferio Sur, con el objetivo de dar cabida a diferentes períodos de cosecha entre hemisferios.
Los representantes del COI aplaudieron la dedicación de Uruguay al desarrollo de su sector oleícola y alentaron a otros países del Hemisferio Sur a adherirse al Convenio Internacional y unirse al organismo para promover la producción de aceite de oliva de alta calidad, proteger a los consumidores y evitar barreras comerciales. Mercedes Fernández también detalló el proceso técnico, las reglas y las categorías del concurso; y presentó la composición del jurado internacional de esta primera edición del Hemisferio Sur.

En este sentido, Aguirre resaltó en declaraciones a Mercacei “el importante apoyo que tuvimos a través de la mesa olivícola, donde participan instituciones y organismos del Estado como los ministerios de Industria, Agricultura y Turismo; Uruguay XXI; así como el LATU, el instituto que se encarga del control de la calidad y que es fundamental para el manejo de las muestras; o la Facultad de Química, que fue donde se realizó el concurso y donde está el único panel sensorial COI de Uruguay”.
Para el presidente de ASOLUR, este premio ha sido un hito en la región y, especialmente, para Uruguay. “Se trata de un evento especial en el Hemisferio Sur y en nuestro país, lo que dimensiona y da notoriedad a la región y a Uruguay en particular, que apunta al aceite de calidad”, subrayó, al tiempo que consideró que la gran ventaja de este evento es que “permite jugar con los aceites nuevos”.
Al respecto, Aguirre valoró la importancia de haber conseguido cuatro AOVEs premiados y algunos finalistas a pesar de haber tenido una cosecha complicada, lo que responde “al gran esfuerzo realizado por los productores”.

También destacó la importante participación tanto de Uruguay, como de Brasil y Argentina, y apuntó que “la idea es que este concurso permanezca en la región y se vuelva a llevar a cabo en Uruguay o Argentina, lo que enriquece el sector y potencia también el mundo del aceite de oliva con un terroir diferente y variedades adaptadas a diversos ambientes y AOVEs con notas sensoriales particulares”.
“El gran desafío es seguir potenciando y haciendo conocer este concurso entre los productores. Este año no hubo participación de Chile y Perú, pero la idea es que en la próxima edición lo hagan y de igual manera apuntar también a Sudáfrica, Nueva Zelanda y Australia, este último tuvo un participante. La idea es que haya más participación de estos países y podamos tener un Mario Solinas Hemisferio Sur a la altura y con gran notoriedad y relevancia”, concluyó.
Fuente: Mercacei
Mención aparte merece Lourdes Toujas, quien es Licenciada en Bromatología especialista en Elayotecnia, que es la elaboración de aceite de oliva virgen extra. Es la responsable de la almazara de la Facultad Don Bosco, ubicada en Rodeo del Medio, Maipú, que fue destacada en el puesto 18 del ranking The Word´s Best Olive Oils 2023 /2024.

Lourdes estudió en la Universidad Nacional de Cuyo y empezó a trabajar en 1996, antes de recibirse, en el laboratorio de una fábrica de aceite de oliva. Quiso introducirse más en el proceso y su jefe la designó en el turno noche de molienda.
Comenzó a capacitarse y adentrarse en el mundo olivícola. En 2005 se especializó en España en la elaboración de aceite de oliva virgen extra. Hacía trabajos en alta gama, que le permitiera acceder a concursos. Además, es especialista en hacer eficiente el proceso de extracción, obtener la mayor cantidad de aceite de las aceitunas sin alterar sus características.

El desafío en la Facultad Don Bosco
Lourdes ingresó en 2017 a la Facultad Don Bosco porque había una vacante en la cátedra de Tecnología de Aceites y Grasas. Se dio cuenta que los alumnos no tenían acceso a la almazara. Cuando quedó a cargo, decidió que los estudiantes puedan trabajar en ella.
Tenían una maquinaria de alto nivel y una estructura antigua. Se empezaron a hacer pequeñas inversiones en la almazara, pero que significaban un montón como los pisos y paredes. Lourdes no trabaja sola, su mano derecha es el Licenciado Nicolás Arrigo, que comenzó siendo alumno suyo y ahora es jefe de planta.
Hacen trabajos de investigación, los alumnos pueden elaborar su aceite y observan desde la recepción primaria, todos los cuidados y el proceso, hasta llegar al resultado final. Tienen olivares, pero también reciben fruta de terceros. “Si bien es una facultad privada, la parte productiva es como si fuese una empresa totalmente diferente, tenemos que ser rentables y que no se nos caigan los recursos”, explicó la bromatóloga.

Nicolás Arrigo, jefe de planta y Lourdes Toujas, responsable de la Almazara Don Bosco.
El crecimiento de la almazara y los concursos internacionales
El aceite no es artesanal, la máquina que tienen es de 1.200 kilos hora, un tamaño medio. Hacen entre 20 y 25 toneladas de aceite anuales, aunque tienen capacidad para 45. Para lograr crecer, están plantando más olivares. Antes tenían una olivicultura tradicional y ahora están yendo hacia la eficiencia y mayor productividad.
“Competir o estar cerquita de Almazaras como Venta del Barón o Subbética, que para mí son los más grandes, que los he visitado y conozco en España, es un gran mérito. Ver la obra Don Bosco, tan cerca, con todo el crecimiento es un orgullo”, sostuvo Lourdes.

Nicolás Arrigo y Lourdes Toujas trabajando en la almazara.
La bromatóloga explicó que es muy difícil participar en concursos internacionales porque hay que pagar aranceles en dólares, son caros y hay que enviar muestras y costear esa logística. Para calificar en este ranking The World´s Best Olive Oils hay que ganar concursos.
“Fuimos a ArgOliva, que está en Argentina, avalado por la máxima entidad que es el Consejo Olivícola Internacional y fuimos a Sol de Oro, que es un concurso italiano itinerante que se hizo en Perú. Ganamos los primeros puestos y nos dieron puntos por cada premio”, dijo Lourdes.

Lourdes Toujas con el aceite de oliva virgen extra de la Almazara Don Bosco.
Fuente: Mitreyla 100
*Mayda De Luca